La ansiedad puede definirse como una reacción de nuestro organismo ante lo que consideramos una situación de peligro o amenaza. Lo cual se agudiza cuando esta situación de alarma o se produce de forma reiterada o injustificada, tanto ante dificultades reales como imaginarias.
Todos nos enfrentamos a problemas cada día, pero no siempre reaccionamos de la misma forma. Si te sientes desbordada con frecuencia, puedes tender a sobredimensionar los problemas, te asaltan sentimientos negativos o te preocupas por cosas que solo ocurren en tu imaginación.
Si presentas síntomas de ansiedad como irritabilidad, cansancio, dificultad para concentrarte o problemas para conciliar el sueño, toma en cuenta las siguientes pautas, eficaces herramientas psicológicas que contribuirán a que logres controlarte y reconducir estas situaciones:
- Establece prioridades.
Si tu día a día es estresante, planifica tu agenda procurando no cargarte de responsabilidades y deja siempre un tiempo para el descanso. En este sentido es importante que aprendas a delegar a otras personas y a decir «no». Resulta imposible vivir tranquila si sientes que cargas con el mundo.
- Enfréntate a los problemas.
Las situaciones difíciles suelen parecer peores en nuestra imaginación que cuando las vivimos. No dejes que el miedo te bloquee, afronta los problemas con decisión, comprobarás que resulta más fácil que esconderlos.
- Simplifica tu vida.
En ocasiones somos nosotros mismos quienes nos cargamos de responsabilidades o actividades que nos saturan. Céntrate en las cosas que de verdad te interesan y disfrútalas a un ritmo más pausado. Vivir de un modo más lento te hará sentir mejor.
- Aprende a relajarte.
Las técnicas de relajación que se basan en controlar la respiración y la tensión muscular resultan muy efectivas. Una de las prácticas más eficaces es el yoga, las posturas tienen un efecto calmante a nivel neurológico.
- Rodéate de gente positiva.
Cuando uno está mal anímicamente tiene a ver siempre el lado negativo de las cosas y busca la compañía de personas que comparten este punto de vista. Ante ello amplía tu círculo de amistades y rodéate de personas felices, vitalistas y positivas, ya que el optimismo se contagia.
- Repasa tus emociones.
Te puede ayudar a encontrar el origen de tu ansiedad y vencerla. Muchas personas asocian sus ataques de ansiedad a un cambio repentino (una mudanza, un trabajo nuevo, un problema familiar, etc.). Sin embargo es probable que estas «novedades» no sean la causa de angustia, si no el elemento que saque a relucir un problema pasado, como una crisis sentimental por ejemplo.
- Concédete caprichos.
Muchas veces anteponemos las necesidades y el bienestar de los demás y no pensamos en nosotros, en mimarnos de vez en cuando con un masaje, acudir a un spa, un paseo cerca del mar, ir al cine, etc. No debes sentirte culpable por disfrutar de los pequeños placeres de la vida, y es que si te sientes bien vas a poder afrontar tus responsabilidades con mejor ánimo.
Imágenes: ElConfidencial, WebdeYoga, Olx.
Etiquetas : Ansiedad, estres, relajacion
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