Tips saludables de nutrición, ¡pruébalos!

¿Crees que tienes hábitos saludables en tu dieta? Saber comer te ahorrará muchos problemas de salud, además de tener una vida más larga y feliz. Incluso una buena alimentación tendrá efectos directos sobre tu estado de ánimo y por supuesto sobre tu estado físico.

¿Te sientes cansada por las tardes o te falta concentración? Probablemente no estés asimilando los nutrientes que necesitas. Sin embargo, ciertos hábitos (por ejemplo, tomar bebidas gaseosas o no comer verduras) son difíciles de erradicar.

¿Mi consejo? Comienza por pequeñas modificaciones para que el camino no sea tan duro, en cuanto sientas el cambio en tu organismo, te ayudará a seguir incluyendo hábitos saludables.

1. ¡Adiós a la depresión!

Una de las peores situaciones que juega en contra de nosotras en cuanto a nuestra alimentación, es el estrés o a la depresión. O tenemos ataques de hambre (los carbohidratos son nuestra primera opción) o nos saltamos las comidas por falta de apetito.

No dejes que un bajo estado de ánimo se interponga entre tú y tus hábitos alimenticios. Cuando tengas ataques, ten barras de cereales a la mano o sal a dar una caminata, ¡no permitas que te gane la depresión!

2. Incluye alimentos olvidados en tu dieta

A veces cometemos el gran error de limitar nuestra lista de preparaciones a ciertos alimentos ya conocidos y no nos damos por enterados de si estamos teniendo una dieta balanceada o no.

Pregúntate cuántas veces a la semana comes una fruta, una menestra (frejoles, lentejas, etc.), una ensalada de verduras, un lácteo (mejor si es bajo en grasa). Si tu respuesta es nunca o casi nunca, comienza a anotarlos para tus próximas compras. Elige manzanas en lugar de «galletas», los pequeños cambios pueden traer grandes beneficios.

3. Descarta los embutidos

Uno de los alimentos a los que no les prestamos demasiada atención pero que siempre están cerca son los embutidos. Su contenido de sodio es altísimo así como de grasas saturadas.

La Sociedad Americana de Cáncer recomienda que una mujer no debe comer más de medio hot dog o dos pedazos de tocino a la semana. ¿Sorprendida?

4. ¡Cuidado con las falsas ensaladas!

Sí, a veces nos engañamos, decimos que estamos comiendo una ensalada saludable cuando en realidad ya le hemos agregado cientos de calorías con mayonesa, tocino, pan frito (crotones), queso entero, etc. Opta por opciones más saludables como vinagre, aceite de oliva, manzanas o nueces.

5. Evita las bebidas altamente calóricas

El 20% de la ingesta de calorías de la mayoría de personas proviene tan solo de bebidas, simplemente porque no aprendemos a seleccionar o porque acostumbramos a nuestro paladar al sabor dulce.

Y no se trata solo de las bebidas gaseosas (también ten cuidado con las versiones dietéticas), sino de los jugos envasados. Acostúmbrate al agua pura, y puedes ponerle unas gotas de limón para que tenga más sabor.

6. Lee las etiquetas de los productos

¡Cuidado! Casi todos los productos te dicen cuántas calorías traen, sin embargo, a veces no nos fijamos que un empaque contiene más de una porción. Entonces pensando que, por ejemplo, solo estamos consumiendo 180 calorías, en realidad deberíamos multiplicarlo por tres ya que el producto contiene tres porciones.

7. Escoge buenos refrigerios

Una excelente manera de mantener nuestro metabolismo rápido y de darle a nuestro organismo todos los nutrientes que necesita es saber escoger bien nuestros tentempiés (entre nuestras comidas principales).

Una manzana, un plátano, un puñado de frutos secos (como almendras o pecanas), incluso un emparedado saludable (sin frituras ni cremas grasosas) son muy buenas opciones.

8. Empieza con un buen desayuno

Y seguro ya lo debes de haber escuchado, pero tal vez necesites reforzar la idea. Un desayuno nutritivo es básico para comenzar el día como se debe. Un lácteo, una fruta y un cereal integral (puede ser pan integral) resulta balanceado, y justo lo que tu cuerpo necesita después de varias horas de no recibir ningún alimento.