En un mundo tan comercial como en el que nos está tocando vivir, no es raro que las industrias alimentarias nos ofrezcan ideas erradas sobre lo que debemos consumir en nuestra dieta diaria, razón por la que muchas veces terminamos con pesos excesivos o con enfermedades a cuestas, sin llegar a comprender que fuimos nosotros mismos los que hicimos que esto sucediera.
Y todo esto por no tener un conocimiento veraz sobre lo que debemos realmente ingerir en nuestras comidas y sobre aquello que verdaderamente nos ayudará a conseguir un desarrollo apropiado y sostenido para toda nuestra vida.
Existe una idea enquistada en nuestras mentes sobre muchos alimentos que nos proporcionan la energía necesaria para llevar a cabo todo nuestro trabajo diario o que son los que nos van a ayudar a mantenernos cargados de la vitalidad suficiente para alcanzar una vida perfecta.
Sin embargo, ello no es así. Muchos de estos alimentos más bien llegan a conseguir todo lo contrario, es decir, que luego de lograr una sensación pasajera de vitalidad y energía en nosotros, nos dejan inmediatamente agotados y sin los recursos necesarios para manejarnos adecuadamente en una jornada de trabajo o de ejercicios.
Muchos de éstos son alimentos con altos índices glucémicos, que no hacen otra cosa que darnos cantidades de glucosa que van a estimular el desarrollo de la adrenalina, lo cual genera un falso efecto, para luego disminuir sustancialmente y dejarnos decaídos y sin fuerzas.
Por ejemplo, algunos alimentos elaborados con azúcar refinada nos aportan altas dosis de calorías, tales como los dulces, golosinas, pasteles u otros elementos de la repostería, que sólo van a conseguir engañarnos con una energía momentánea que pronto se va a disipar. Algo similar también ocurre con los preservantes, edulcorantes y colorantes.
Esto también sucede con los alimentos con altos contenidos de grasas, como algunas carnes y leches, los que van a producir una digestión lenta y forzada, que va a ocasionar que nuestro organismo destine sus recursos energéticos en esta función, dejándonos sin la fuerza necesaria para nuestra actividad diaria.
La mejor alimentación para mantener una energía real, verdadera y eficaz, es la que nos proporcionan el pescado, las carnes magras, los cereales integrales, las frutas y las verduras.
Fuente: Sportlife
Imagen: Bopan
Tags Blogalaxia: Salud, Falsa energía, Alimentos.
sandra
18 noviembre 2009
que interesante, no lo sabía, gracias