Si eres de las personas que gustan de mantener la línea y la buena salud, seguro más de una vez has indagado sobre la mantequilla o la margarina, su composición, si estás permitida de comerlas o no, dónde las encuentras, etc., pero, sobre todo, cuáles son sus diferencias y si una es mejor que la otra, ¿verdad? Pues aquí te daremos respuestas claras.
Ambas, tanto margarina como mantequilla son alimentos grasos, siendo la grasa como mínimo el 80% de su composición. Sin embargo, son productos totalmente distintos, tanto en origen, como en el proceso de fabricación. La mantequilla proviene de grasa de la leche de vaca, la cual se obtiene de la nata o al centrifugar la leche a altas velocidades. A esta grasa se la deja reposar a bajas temperaturas, se le adicionan cultivos lácteos y los aditivos que le dan más sabor y color, se bate, se pasteuriza a 90 grados y se le agrega sal.
La margarina en cambio, es elaborada a partir de aceite vegetal. Sí, ese mismo que se usa para cocinar y freír. Puede contener leche ácida en mínima proporción. El estado sólido del aceite se logra mediante un proceso químico llamado hidrogenización, mediante el cual se saturan artificialmente las grasas insaturadas del aceite con el hidrógeno. Luego se le colocan los aditivos, incluida la leche, si es que esa marca la fabrica así. Luego se bate y se fermenta para obtener un aroma similar a la mantequilla.
¿Buenas o malas?
En realidad, en nutrición se dice que nada es “bueno” o “malo”, sino que hay que cuidarse de todo exceso. Lo mismo aplica a margarinas y mantequillas. La mantequilla, por ejemplo, aporta vitamina A, energía y permite que algunas vitaminas se absorban mejor; sin embargo es un alimento altamente calórico, lleno de grasas saturadas y colesterol, por lo cual no es conveniente abusar de ella. Dos raciones a la semana son suficientes. Hay que tomar en cuenta que suele adicionarse a diversas comidas para mejorar su sabor, ya que las grasas actúan como vehículos del sabor, ayuda también a abrir el apetito en personas difíciles de comer.
Las margarinas no tienen colesterol, por provenir de aceites vegetales, y usualmente están enriquecidas con vitaminas; sin embargo, hay que tener mucho cuidado con las grasas hidrogenadas, pues se ha visto que aumentan el colesterol en la sangre y reducen la capacidad del hígado para atraparlo, pudiendo ser causantes de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Existen en el mercado margarinas que se anuncian como “libres de ácidos grasos trans”, es decir, libres de estas grasas hidrogenadas. Aunque no hay estudios que demuestren que realmente están libres de estos dañinos compuestos, tienen un menor porcentaje graso.
Hay que advertir sí, que muchos productos de pastelería y repostería en el mercado están llenos de las peligrosas grasas trans, por lo que es fácil sobrepasarse de los límites permitidos en el consumo de éstos.
Como consejo personal, las mantequillas son más saludables desde el punto de vista industrial, pues pasan por menos cambios artificiales y sus grasas se mantienen casi invariables durante todo el proceso. Eso sí, recuerde que no debe abusar de su consumo.
Imágen: AlgoYMás.
Tags Blogalaxia: Salud, Mantequilla, Margarina, Grasas.
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