El deporte no solo contribuye a nuestro aspecto físico. También nos provee de una energía especial para reponernos de los bajones de ánimo y de una adrenalina que nos permita disfrutar más y mejor de la vida.
Así mismo, el deporte puede ir de la mano con el arte. Es decir, con artes marciales cuya práctica resulta beneficiosa para nuestra salud física, mental y emocional. Por su fuerza y antigüedad, la reina de todas las artes marciales es el muay tai, con una vigencia mayor a la del karate e incluso la del kung-fu.
El muay tai o boxeo tailandés es el deporte nacional de este país asiático («muay» quiere decir «box» en su lengua nativa). Al igual que el resto de artes marciales, su práctica requiere de una alta dosis de disciplina y temperamento que, sin embargo, se expresa en una singular forma de pelear.
Al muay tai también se le conoce como la «lucha de los ocho miembros», debido a que se utilizan las manos, pies, codos y rodillas para pelear y también porque los movimientos son tan rápidos que da la impresión de que cada combatiente tuviera cuatro pares de manos y pies. De ahí que los combates tomen, en promedio, un máximo de quince minutos.
Este deporte de contacto y arte marcial ha sido considerado el mejor del mundo y de gran eficacia para vencer a otros luchadores. Su práctica desarrolla los reflejos y la agilidad (física y mental) a niveles insospechados.
Así mismo, el arduo entrenamiento -que puede llegar a ser de seis horas para los profesionales- tonifica óptimamente los músculos, en especial los del abdomen, ya que toda la fuerza se concentra en esa zona y se requiere de un gran trabajo abdominal para estar aptos(as) para el combate.
Por otro lado, el muy tai está ligado al budismo y a la búsqueda personal del nirvana o liberación. En esa medida, se comparte con danzas rituales para eliminar las influencias negativas y llevar una lucha justa y en armonía de movimientos. No se permiten golpes bajos ni ataques cuando el oponente se encuentre en el suelo o con una rodilla apoyada en él.
Si les llama la atención este ancestral deporte, les recomiendo acudir a un gimnasio de artes marciales y observar los entrenamientos, de modo que confirmen su interés. En algunos casos puede resultar más duro de lo que piensan, pero les aseguro que vale la pena intentarlo, pues deja grandes lecciones no solo de training, sino de vida.
Imagen: Ideal.es
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