Dos de los momentos en la vida de una mujer en los que experimenta más cambios físicos es durante la adolescencia y el embarazo. En el primer caso, aún está en su etapa de desarrollo y puede moldear su figura. Pero al convertirse en mamá, la piel se estira y es más difícil hacer que todo vuelva a su lugar.
Las partes del cuerpo que más sufren luego de un embarazo son los músculos pélvicos, el abdomen y los senos. Para fortalecer los primeros es de gran utilidad practicar los ejercicios Kegel, que a la vez que los tonifican ayudan a prevenir la incontinencia urinaria.
Estos ejercicios se pueden realizar en cualquier momento y lugar, con un promedio de cinco repeticiones de diez segundos cada una. Hay varias técnicas para contraer los músculos. Por ejemplo, apretando el ano como si fuéramos a impedir que los gases se escapen. También ajustando la vagina cual si tratáramos de evitar el flujo menstrual. O apretándola para retener una orina imaginaria.
Para que el abdomen no quede flácido -y en paralelo al uso de una faja- a partir de los cinco meses se puede realizar abdominales sobre una colchoneta o cama amplia.
Una forma de hacerlo es llevando la cabeza (con las manos apoyadas atrás) hasta el abdomen, que se contrae con las rodillas flexionadas. Así mismo, estirando las piernas hacia adelante y hacia arriba con las palmas de las manos apoyadas en la colchoneta o debajo de los glúteos (cinco series de veinte repeticiones).
Y para que el busto recuperar su dureza, sobre la misma colchoneta hay que ponerse a gatas y flexionar los brazos de arriba hacia abajo un promedio de quince veces por cada serie (en total, cuatro).
De lo contrario, pueden comprar un par de mancuernas de un kilo y pegar los brazos a los costados, llevándolas desde los muslos hasta la altura de los codos en cinco juegos de quince repeticiones, que pueden incrementarse con el paso de las semanas.
Fuente: Terra
Imagen: Embarazo y Bebes
Tags Blogalaxia: Salud, Embarazo, Ejercicios Post Parto.
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